El olor del incienso
En el exterior encontrará decenas de videntes deseosos de leer el futuro a los turistas. En el interior, el ambiente, perfumado con los aromas del incienso y el sándalo, es intenso. Alce la vista para ver las decenas de espirales de incienso, uno de los rasgos de identidad del templo. Desde tiempos inmemoriales, los chinos queman estas espirales para llamar la atención de los dioses. Éstas se conocen también como el “alimento divino” y pueden arder durante semanas. El complejo está rodeado por decenas de tiendas que venden objetos inflamables de todas las formas y tamaños. Los chinos creen que pueden hacer que sus seres queridos estén a gusto y tengan buena suerte tras pasar a mejor vida. Aquello que no se puede poner en la tumba, aún se puede enviar “después”. Por eso, las tiendas venden un montón de cámaras, coches y dinero de papel que se pueden quemar en los hornos que hay en el interior del templo.
Colores de la suerte
Gran exponente de la arquitectura tradicional china, el templo Man Mo cuenta con impresionantes esculturas, tallas de madera y coloridos murales. El arte de su interior ofrece exquisitos ejemplos de la artesanía china. Dominan el rojo y el dorado, los colores chinos de la buena suerte y la prosperidad.