Un puente para amar

Era “el puente que no se podía construir”, y al final se pudo. Después de 4 años de construcción, en los que a menudo los heladores vientos, las corrientes traicioneras y la espesa niebla dificultaban el trabajo, el Puente Golden Gate se inauguró en 1937. Con los dos soportes y su atrayente color naranja rojizo, este magnífico puente enseguida se convirtió en el símbolo de San Francisco.

Arte Y Cultura

Color atrayente

La construcción del Puente Golden Gate no suponía ningún riesgo. Para evitar el mayor número de accidentes posible, se colocó una red de seguridad debajo del puente, que salvó las vidas de 19 trabajadores, el ‘Halfway-to-Hell Club’. Por desgracia, aún así 12 hombres murieron durante la construcción del puente (un número relativamente bajo considerando la envergadura del proyecto). El ingeniero Irving Morrow eligió el color del puente (naranja internacional), porque pensaba que el gris era demasiado aburrido. Además, el color naranja rojizo resaltaba bien en la niebla, y combinaba con los colores del atardecer sobre la bahía.

Cruzando el puente en bici

Cruzando el puente en bici

Cruzando el puente en bici

Aunque cruzar este famoso puente en coche es una gran experiencia, es aún más inolvidable cruzarlo a pie o en bici. Las vistas a la bahía desde el carril de peatones y bici son impactantes, y le hace darse cuenta de la verdadera altura del puente. Otra ventaja de ir en bici es que pueda visitar el agradable puerto de Sausalito, desde donde puede coger el ferry de vuelta a San Francisco. Aunque haga buen tiempo, llévese una chaqueta, porque el viento sobre el puente suele ser fuerte y frío.

Vistas desde Marin Headlands

Vistas desde Marin Headlands

Las mejores vistas

A ambos lados del puente hay puntos de observación, donde los visitantes pueden aparcar el coche y disfrutar de las vistas del puente. Para tener una perspectiva diferente, diríjase a Baker Beach, donde verá el puente desde un ángulo muy inferior. Sin embargo, la vista más espectacular sigue siendo desde la cara norte de la bahía, donde se vislumbra el gigantesco puente con el espectacular skyline de la Ciudad de la Bahía de fondo (siempre y cuando San Francisco no esté envuelta en su famosa niebla).

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