El antiguo centro histórico de Montpellier

Sol, belleza y alegría: sin duda Montpellier es una de las ciudades más agradables de Francia. Se enamorará a primera vista del centro histórico Écusson y el entramado de antiguos pasajes y callejuelas estrechas dominadas por elegantes casas, tiendas modernas y restaurantes. Esta ciudad, situada en el sur de Francia, es una auténtica ciudad universitaria donde podrá encontrar músicos en casi todas las esquinas y patios hasta bien entrada la noche.

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Place Saint-Roch

Place Saint-Roch

Bellas plazas y calles

¿Cuál es la mejor forma de descubrir Montpellier? ¡Perdiéndose! Se topará con muchas sorpresas increíbles, como la Rue de l'Ancien Courrier, una calle centenaria pavimentada con mármol. Tome una calle perpendicular para llegar a la agradable Place de Saint-Roch, una plaza con patios animados situada en torno a una iglesia neogótica (una famosa parada de camino a Santiago de Compostela). En este vecindario encontrará vinotecas y modernos bares de tapas mediterráneas. Otro gran secreto es Place Saint-Ravy, una pequeña plaza con agradables patios y una antigua fuente.

La facultad de medicina fundada en el siglo XIII

La facultad de medicina fundada en el siglo XIII

Para jóvenes y adultos

Un poco más al norte se encuentra la gran Place Jean-Jaures, el animado corazón de la vida universitaria. Montpellier alberga a 70.000 estudiantes y la mitad de los habitantes de la ciudad no supera los 35 años. Durante años, los jóvenes fiesteros se reunían en esta plaza sin darse cuenta de que bajo sus pies se hallaba una cripta olvidada: Notre-Dame-des-Tables Actualmente la parte subterránea alberga el Musée de l'Histoire. A diferencia de otras muchas ciudades del sur de Francia, Montpellier no tiene un pasado galo romano. La ciudad no se fundó hasta la Edad Media. En el siglo XII, Montpellier era la segunda ciudad más importante de Francia, tanto a nivel económico como cultural. La universidad, fundada en el siglo XIII, también contribuyó a su desarrollo: En Montpellier se encuentra una facultad de medicina aclamada a nivel internacional así como el jardín botánico más antiguo de toda Francia.

Mansiones y una catedral

La época dorada de Montpellier se desarrolló entre los siglos XVII y XVIII, momento en el que los ricos mercaderes construyeron sus lujosos "hôtels particuliers". Los propios gabletes de estas casas son impresionantes, pero tras las fachadas se esconden patios aún más bellos con escaleras de caracol y barandillas adornadas. La mayoría solo se puede visitar si se inscribe en una visita guiada organizada por la Oficina de turismo. Sin embargo, uno de los mejores ejemplos está abierto al público: se trata del Hôtel de Varennes. Este edificio acoge 2 museos. La fachada del siglo XVIII del Musée du Vieux Montpellier esconde un interior mucho más antiguo con sus arcos góticos. Encontrará más casas en torno a la Place de la Canourgue, una plaza del siglo XVII con una fuente de mármol y con vistas a la catedral. En unas cuantas calles más abajo, el dueño de una casa descubrió uno de los baños empleados en rituales judíos más antiguos de Europa. Al buscar el origen de una filtración, el dueño se encontró con una "mikveh" del siglo XIII, un baño de piedra empleado en los rituales de purificación judíos.

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