El Museo de la Revolución

El impresionante edificio de la Plaza de la Revolución fue en su tiempo el Palacio Presidencial de Cuba. En la actualidad alberga el Museo de la Revolución. El palacio, que posee un turbulento pasado, fue noticia en todo el mundo en 1957 cuando un grupo de estudiantes se rebeló contra el régimen anterior.

Arte Y Cultura

Breve explicación de la revolución

La revolución cubana comenzó en 1952, después de que el exsargento y antiguo presidente Fulgencio Batista se hiciera con el poder. Muchos cubanos no vieron con buenos ojos este golpe de estado, entre ellos, el joven Fidel Castro, que inmediatamente planeó el derrocamiento de Batista e inició un movimiento marxista: el Movimiento 26 de julio. Después de un ataque fallido en 1953, Castro y sus rebeldes fueron detenidos y encarcelados. Las críticas internacionales hacia la dictadura de Batista siguieron aumentando. Para satisfacer las demandas de la comunidad global, Batista liberó a los prisioneros políticos en 1955. Castro y sus seguidores huyeron a México, donde continuaron desarrollando sus planes para acabar con el gobierno del dictador. Entre estos rebeldes estaban Che Guevara y Camilo Cienfuegos. Mientras tanto, la revolución en Cuba siguió adelante. El momento más importante fue el asalto al Palacio Presidencial por parte de un grupo de estudiantes el 13 de marzo de 1957. La rebelión fue sofocada con un gran derramamiento de sangre y prácticamente todos los insurgentes fueron asesinados; un acontecimiento que conmovió al mundo. A finales de 1958, Batista no pudo seguir aferrado al poder y huyó de Cuba la noche del 1 de enero de 1959. Un día más tarde, Guevara y Cienfuegos entraron en La Habana. Castro tardó más porque iba celebrando con entusiasmo la victoria y hablaba con masas de cubanos exaltados que iba encontrando en su camino por todas las ciudades y pueblos. No llegó a la capital cubana hasta el 8 de marzo de 1959.

Barco de Castro

Empezando por la planta superior del museo, irá profundizando en la historia cubana a medida que visita las salas: desde la era precolombina hasta el régimen social actual, naturalmente con la dosis habitual de propaganda. El encantador Salón de los Espejos fue diseñado como una imitación del salón del mismo nombre del Palacio de Versalles. No puede dejar de ver el Granma, el barco que utilizó Fidel Castro y 81 soldados más cuando regresaron en 1956 de su escondite en Túxpan (México). El barco se exhibe en un pequeño espacio detrás del museo y está custodiado las 24 horas.

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