David: "El hombre más bello del mundo"
El hombre más bello del mundo tiene 500 años, mide 5 metros, pesa 5.500 kilos y tenía sucias las uñas. David estaba sucio. Por eso, por su 500 cumpleaños recibió el fantástico regalo de un completo tratamiento de limpieza. La estatua, tallada por Miguel Ángel a partir de un enorme bloque de mármol a principios del siglo XVI, se había limpiado por última vez en 1843, con un par de cubos de ácido clorhídrico. Esto no sólo quitó la suciedad, también se llevó por delante la capa protectora que Miguel Ángel le dio a la escultura. El lavado fue contraproducente, porque después la suciedad podía penetrar en los poros del mármol. El David fue ennegreciéndose en su pedestal de la Piazza della Signoria. En 1873, la Galleria dell’Accademia se construyó especialmente para él. La estatua original se llevó dentro y en el pedestal de la plaza se colocó una réplica. Algo bueno, porque ya había sufrido bastante. En 1512, ocho años después de que se colocara en su pedestal frente al Palazzo Vecchio, un rayo cayó sobre su pelo rizado, y en 1527 se rompió el brazo izquierdo durante una revuelta y a principios del siglo XIX el dedo índice de su mano derecha. Finalmente, en 1991, un perturbado aplastó el dedo gordo del pie de la reproducción con un mazo. Pero podía haber sido aún peor: uno vándalos le cortaron el pene a una copia de la famosa estatua en la ciudad estadounidense de Willow Glen. El verdadero David de Florencia aún conserva el suyo, de un tamaño curioso: 16 centímetros son poca cosa para un hombre de 5 metros.
Como en las películas
La plaza más famosa y reconocible de Florencia, la Piazza della Signoria, ha sido una ubicación destacada en muchas películas. En Una habitación con vistas, basada en la novela de E.M. Forster, unas vacaciones románticas se ven abruptamente interrumpidas por un apuñalamiento en la Fuente de Neptuno, y en Hannibal, la secuela de El silencio de los corderos, el asesino en serie Hannibal Lecter se esconde en Florencia. Arroja al detective corrupto Pazzi por el balcón del Palazzo Vecchio con una soga alrededor de su cuello frente a una multitud de turistas.