El Coliseo como cantera
En el siglo V d.C., el Coliseo, como el resto de Roma, fue atacado por los Bárbaros y entró en declive. “Bárbaros” era el término general con el que los romanos designaban a los no romanos. Los saqueos y los desastres naturales dañaron aún más el Coliseo. La peor época la sufrió en la Edad Media, cuando el teatro se convirtió en cantera. Las piedras se extraían del Coliseo para utilizarlas como materiales de construcción (algunas sirvieron para construir la Basílica de San Pedro). El Papa Benedicto XIV puso fin al saqueo en 1749: reconoció el valor histórico del Coliseo en memoria de los primeros cristianos que fueron torturados aquí hasta morir.
Escondidos bajo el velarium
Es poco conocido que en los primeros años del Coliseo podía cubrirse con una enorme lona que se conoce como velarium. Esta cubierta servía de protección del fuerte sol a los espectadores. Estaba sujeta a grandes postes en la parte superior del Coliseo y anclada al suelo con cuerdas: La tarea de manipular este lienzo requería la ayuda de más de mil personas. Con la ayuda de tanta gente, la tarea se realizaba rápidamente: en 15 minutos todo el velarium era desplegado y colocado.
Maravilla mundial
En la actualidad, el Coliseo es uno de los principales atractivos de Roma. Se trata de un imponente monumento, y una de las Siete Maravillas del Mundo. Hoy en día, ya no se realizan representaciones o espectáculos, pero el edificio se puede visitar. Bajo la arena, los visitantes podrán adentrarse en el enrevesado laberinto de pasillos y celdas que se usaban en la época de gladiadores y animales. Estas celdas se elevaban de manera que humanos y animales podían acceder a la arena al nivel del escenario. Tras muchos años en condiciones pésimas, se está llevando a cabo una inmensa restauración en el Coliseo, que durará varios años.