Los grandes cafés literarios de Madrid

Barcelona, París y Viena son famosas por sus elegantes y magníficos cafés, donde antaño los intelectuales se reunían para debatir las obras literarias y los asuntos de actualidad con un buen vaso de vino. Madrid también tiene bastantes cafés literarios y algunos de ellos han superado la prueba del tiempo con mucho éxito.

Ocio Nocturno
El Café Comercial, charlas literarias desde 1887

El Café Comercial, charlas literarias desde 1887

Una puerta giratoria como máquina del tiempo

El Café Comercial, que se remonta a 1887, es el café más antiguo de Madrid y uno de los más hermosos. La puerta giratoria que se abre a la Glorieta de Bilbao actúa como una máquina del tiempo: entre y contemple el interior de columnas de mármol, candelabros ornamentales y sofás de cuero para viajar atrás en el tiempo. Varios libros y películas se han ambientado en este café histórico que una vez fue la segunda casa de muchos escritores, poetas, periodistas y jugadores de ajedrez. Ahora todo el mundo es bienvenido y muchos llegan aquí por la especialidad de la casa: un chocolate caliente espeso con churros.

Un caldo de cultivo literario: El Café Gijón

Un caldo de cultivo literario: El Café Gijón

Hemingway estuvo aquí

El Café Gijón abrió sus puertas en 1888 y fue la sede de la Generación del 27 en el periodo previo a la Guerra Civil Española. El grupo de poetas y artistas influyentes, entre los que se incluían Salvador Dalí, Luis Buñuel y Federico García Lorca, adoraba reunirse aquí para celebrar sus tertulias literarias. Fue en esta dirección, Paseo de Recoletos 21, donde nació el Premio Café Gijón, uno de los premios literarios más importantes de España. Pero más de un siglo de historia tiene su precio: un vaso de vino y una tapa no son nada baratos.

Al lado de la ópera: el Café de Oriente

Al lado de la ópera: el Café de Oriente

El restaurante bodega de Dalí

La terraza del famoso Café de Oriente ofrece unas hermosas vistas del cuidado jardín del Palacio Real y es popular entre los visitantes del Teatro Real, la ópera que se encuentra al lado. El interior del café es un refugio barroco con espejos con marcos de madera, lámparas de bronce y muebles de felpa rojos donde sentarse cómodamente con una taza de café y un periódico. Escritores, poetas y artistas se reunían antaño en el sótano abovedado debajo del café, donde hoy invitados distinguidos disfrutan de la alta cocina.

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